domingo, 28 de septiembre de 2008

La gestión del aula

LA GESTIÓN DEL AULA

Se entiende por gestión escolar y según Emmer como “un conjunto de comportamientos y actividades del profesor encaminados a que los alumnos adopten una conducta adecuada y a que las distracciones se reduzcan al mínimo.
Uno de los principales problemas para nosotros a la hora de practicar en la escuela primaria es el control del grupo. Con esta lectura aprendí en un principio que es imposible pedir que los niños sean seres pasivos e inmóviles, porque lo que enriquece una clase son las aportaciones que tienen los actores que participan en ella.
Entre las normas y expectativas que debemos tomar en cuenta son: establecer expectativas positivas, crear atmosfera agradable, tener dominio-control sobre el grupo (saber lo que esta ocurriendo), establecer normas claras y razonables y lograr que los alumnos sean responsables de sus conductas y sus deberes.
Dentro de los aspectos organizativos encontramos en la lectura los siguientes: acomodar el aula a manera de que nos permita la supervisión constante y continua, planificar las actividades y las transiciones para que no haya una pérdida del ritmo y de la uniformidad, alejar todo aquello que induzca a los alumnos a conductas inapropiadas, pues pueden ser detonantes de indisciplina.
Por lo que se refiere a actividades en el aula: iniciar las clases con rapidez, llevando organizado todas las actividades a realizar con materiales y tiempos, mantener siempre a los alumnos ocupados con actividades significativas y darles a conocer lo que tienen que realizar al termino de cada actividad.
Para poder responder al mal comportamiento o a las distracciones se debe: ignorar conductas indeseables, emplear otros métodos antes del castigo y solo en casos necesarios, administrar disciplina de forma rápida, ajustándose a las normas y sin hacer distinciones.
También entendí que el gestor tiene que tener ciertas habilidades para mantener el orden, el interés y la atención de los alumnos: hacer entender a los alumnos mediante miradas generales o dirigidas que son conscientes de todas las situaciones ocurridas en el aula y que las dominan; llevar a cabo el encabalgamiento, en el que el maestro atiende dos asuntos del aula a la vez, sin entorpecer las actividades que se están realizando; prevenir todo tipo de distracciones; señalar el inicio de un cambio, reorientar la atención y empezar el nuevo segmento, para mantener el movimiento de la clase con uniformidad y ritmo; mantener atentos y preparados a los alumnos para responder las preguntas, valiéndose de ciertos hábitos al hablarles como las pausas, la selección aleatoria y las preguntas en general; evitar a toda costa la repetición y la falta de variedad pues conducen al aburrimiento, falta de atención, descuido al trabajo y a conductas irregulares; evitar de igual manera ser excesivamente tolerante, pues podría perderse la jerarquía y el respeto; así como mantenerse constante con cada una de las normas que establezca en la clase y con cada actitud tomada ante sus alumnos.
Esta lectura en especial la podría considerar mi favorita, pues es muy real y muy aplicable a lo que sucede dentro del aula escolar. Te marca muy explícitamente el cómo reaccionar ante ciertas situaciones para no perder el control sobre el grupo y para lograr los objetivos de enseñanza.
En una clase existen un millón de distractores y debemos estar preparados para hacerles frente y enfocar nuevamente a los alumnos a los logros de los objetivos y los propósitos.
Todos y cada uno de los puntos expresados en la lectura fueron significativos para mí, pues son consejos totalmente tomables para el buen desarrollo de la clase.
Pero principalmente aprendí que para evitar una circunstancia en la que se arrebate la atención de los alumnos a la clase, se deben prevenir todas estas situaciones de la forma más eficaz y eficiente por parte del maestro.

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